Es un proceso en el que se adhiere una capa de zinc al hierro, para protegerlo de la corrosión.
Se utiliza especialmente en interiores que no requieren un especial galvanizado, porque supone:
- Una capa de zinc extremadamente delgada y uniforme
- Un aspecto estético mucho más agradable que el galvanizado, ideal para piezas y aplicaciones vistas
- Una buena pintabilidad, que potencia todavía más su durabilidad
- Un coste económico menor que el galvanizado y una buena rentabilidad

Usos del proceso de zincado
El proceso de zincado puede encontrarse en multitud de aplicaciones de nuestro día a día, empezando por las puertas, sistemas de rejillas de techo y componentes de construcción diversos, así como la industria de la automoción y procesado de alimentos. Encontramos chapas y tubos zincados, entre muchos otros, en:
- Industria de la automoción: partes y componentes del motor, de la transmisión, de los frenos, llantas, tanques de combustible, accesorios, etc.
- Construcción y arquitectura: puertas, ventanas, rejillas del techo y piezas y aplicaciones de interior en general que se quieran proteger contra la corrosión con una mejor apariencia estética.
- Dispositivos de fijación: tornillos, tuercas, arandelas, clavos (ojo, algunos son zincados).
En este artículo ya os explicamos más cosas sobre este proceso. Consúltanos para más información.