Si en 2008 la crisis financiera global quedó prácticamente circunscrita a los países ricos, escapando de ella todos los países emergentes, las tornas han cambiado esta vez. La pandemia se está sintiendo con mayor intensidad en los países con renta baja o media, ya que contaban con sistemas sanitarios mucho más precarios. Pero más allá de lo farmacológico, hay un factor que lo explica con claridad: la capacidad fiscal de los Estados para apoyar a sus ciudadanos y empresas. Para escapar de la recesión producida por la pandemia, los países ricos, habrán desplegado medidas de gasto fiscal equivalentes al 16% de su PIB, frente al 4% de los países emergentes, y al 2% de los países de renta baja.
Los planes de reactivación anunciados por los EEUU para los próximos años han acabado de desequilibrar la balanza. La cara B de los estímulos fiscales es siempre el déficit y la deuda pública. Ahí las diferencias entre ricos, emergentes y pobres también saltan a la vista.
La deuda pública de todo el mundo escaló durante 2020 hasta el 97% del PIB, y la tendencia al alta continuará este año hasta el 99%, aunque con costes de financiación históricamente bajos. El PIB ser verá impulsado por la recuperación económica según el Fondo.

Como ya hizo en Octubre, este Miércoles el FMI ha llamado de nuevo a gravar a las grandes fortunas y a los ganadores de la crisis para poder financiar el gran gasto que están teniendo que afrontar los Estados y facilitar la devolución futura de la deuda contraída. Desde Recam Laser Levante os mantendremos informados. Esperamos que os haya gustado, y no olvidéis compartirlo con todos vuestros contactos.